11 de diciembre de 2005, Carta al Sr Jacques Chirac, Presidente de la República francesa acerca de su rechazo a la historia oficial, impuesta por las leyes, de parte de Michel Dakar; se trata en particular de la ley sobre el colonialismo del 23 de febrero 2005, y la llamada ley Fabius-Gayssot, del 13 de julio de 1990, acerca del nazismo.
Palais de l'Elysée 55-57, rue du faubourg Saint Honoré, 75008, Paris Señor Presidente de la República, Si un ser humano cumple aunque sea una vez en su vida un acto realmente benéfico, se puede decir que su vida es un logro. Señor Presidente, Usted ha cumplido semejante acto, y se trata de un gesto benéfico para la humanidad en su conjunto, más allá del pueblo francés. Pues Usted ha declarado que “no hay historia oficial” y que “escribir la historia es tarea de los historiadores”. Es es el regalo que Usted le ha hecho al mundo. Con esto, Usted ha entrado a la historia, y a Usted se le reconocerá como un prócer, por estas simples oraciones, relativas al contexto siguiente : se destá debatiendo en Francia lo inoportuna de una ley [de febrero 2005] que nos obliga a considerar la colonización como algo benéfico. En realidad, más allá de este contexto, por las palabras que usted ha dicho, de modo más global y más fundamental, Usted ha liberado el pensamiento de cualquier traba interior, es decir que ha permitido al espíritu seguir existiendo, progresando, ayudando a la humanidad en su busca de un orden de paz, libertad, igualdad y fraternidad, lo cual es la divisa de nuestra república. Esta progresión estaba bloqueada desde el 13 de julio de 1990, fecha de la ley Fabius-Gayssot que nos obliga a creer en las conclusiones del Tribunal de Nuremberg que juzgó a los nazis en 1945; dichas conclusiones plantean la existencia de las cámaras de gas nazis, la voluntad de exterminar a los judíos, y la realidad de las seis millones de víctimas judías; con lo cual se instituyó una historia oficail, la represión de cualquier divergencia relativa a esta historia oficial, y ha designado para instrumentarla a los jueces, el erario público, los policías y los carceleros, en tanto conservadores de esta verdad histórica, en lugar de los investigadores científicos en temas de historia. Desde la aptrobación de la ley Fabius-Gayssot, no solamente el tiempo se ha paralizado, sino que ha retrocedido, y el espíritu ha tenido que luchar para poder persistir. La ley Fabius-Gayssot marcó el principio de una temporada invernal para el espíritu en Francia. Los llamados “revisionistas” han llevado la lucha contra la misma, de la misma manera que lo está haciendo usted ahora, oponiéndose a un dogma de realidad, imposición bajo amenaza de muerte civil y financiera, preludio de la decadencia y la muerte física. Le expreso pues, por esta carta, mi profundo agradecimiento. Y me tomo la libertad de añadir que, dada la época en que vivimos, Usted va a ser sin duda alguna y por largo tiempo, el último grande y verdadero presidente francés. Michel Dakar
Traduccion : Yolanda Peorovich : yolapeor@hotmail.com
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